2007-05-20

Amado Nombre

La palabra DURA del deber
el cuarto
la cocina
el gemido

la preocupación siniestra, que socava
se hunde como flecha
se vuelve rencorosa
en el interior del ser

los patrones
los ecos
los arroces
los fríos
los buenos

tú en el mundo
fuera del mundo
llamado a otro mundo
necesitado al querido
pero sin tiempo para ti

todo se dio
se dio bien
se dio grande
se regocijó
y se paga

la taza
el calor
la sequedad
el frío del aire que cruza mi ventana rota, seca.

querer
amar
respetar
por encima de uno
con uno
pero sin el punto justo de el dar

hoy se sientan los patrones
desesperados
de tanto silencio de poca normalidad.
hoy regresan sin paz,
sin castidad.
Restringen de nuevo
exigen a pocos minutos
vuelven sus causes a lo ajeno
demoran la paciencia
aman y preocupan
se alejan
y caen todos en cascada sobre el que se sienta a planificar.

la culpa
la culpa
la culpa
la amargura

la felicidad es la inocencia
repiten las monjas
las niñas abiertas
los oídos sordos.
me mandan al diablo
me dicen que lo amo
que lo he atado
que es mi culpa...
que lo amargo se aflora en mi garganta
en mi cabeza

retorno a la inocencia
la bien vista
la no desprotegida del mal
y me culpan

1 comentario:

José Delpino dijo...

Duro, cortante, como la humedad que va comiendo la casa. Que va mordiendo la madera en las puertas y la cal de las paredes... Cuando en un último sueño nos entramos a un mar de quereres de cerca... a un mar de noemas, de plagas, de dares y pesares, de llamas cuidadas con mimo, de sopas hervidas con remos en el corazón. Satisfacción mil veces de los crepúsculos compartidos bajo techo... La vuelta, el carrusel de patrones, de venidas en espiral del lugar guardado, a la dulce cárcel desde, a la dulce ambición del hombre poseído, a la puerta cerrada para nochecerse y tocarse con la retina roja del sueño. El perchero de batas, la luna con su delantal ahorcada.