2007-06-21

Lunanueva

La luna oculta en los lagos sangrientos de la noche muda

Asume su silencio en el total de sus días

Honra la gota que cae del olivo espino

la entrega hecha oro, cobre, bronce y miel

¿Quién desnuda tu mirada de ocho días?

¿Quién te quita el antifaz de sol que te embruja?


Las mentiras son horas, y las horas son sapos

la mar que crece en las grietas avasallantes

y tú, la quietud del alba que ahora feneces.


Rumbos y horas de aromas de frutas

los locos hoy hacen sus festines

y en la media felina de tu sonrisa

llueven las gotas que nadie comprende


La aventura perdida de todos estos días

la espera eterna de la circulación cohibida

el gusano que engulle sus fibras

en la agonía del muerto que aún espera


2007-06-20 ~6:30pm en un vagón de metro.

Azul abismo

Los nudos abiertos
de extraños desiertos
de extraños mares

de las cimas invencibles
como el ojo negro y azul
en la marea de los veinte mil hombres
insólitos humanos

La nave rusa que de esbirros se ha llenado
hoy se encarga de partir tu casa
amar tu puerta
revirar tu alma.

Casas de arena funden el alma enfermiza
los panes de hielo del glaciar de tu espera
ponen los huecos en los hoyos negros y amarillos
que se posan de pena
y atacan la vena

Danzan los duendes en la hora de los postigos
quieren lo niños vencer la sed de los molinos
y yacen los granos curtidos a la mugre impresa
de sal, goma, cal y bronce.

moribundos ojos finamente urdidos
de masas de miel y abetos danzantes
que calan las flores del último invierno
y envejecen los hilos del burdo cementerio.



2007-06-19 de ~7 a 8pm, entre un vagón de metro y un salón de clase
entre lecturas, música y una partida

2007-06-19

Todo y Nada

Oculta en vinos
tintos de la media noche

detrás de todas las sombras
a las que nadie deba acceder
entre los peligros de los ajenos
de los ojos
de la sangre
en gotas
derramadas por las calles
del olvido lejano
de los nunca llegados

amantes en oscuros merodeos
las luces ahogan la sed de los captores
los brillos ahora escasos
parecen gritar la luz de los venenos
las manos
apretadas
las caídas
y la red dura
de metales retorcidos y amenazantes
que nada hacen
que en nada quedan
sólo en su muda presencia

en los mantos excarvados
y sacados de sí
los de verde húmedo
de cúpulas de ciudad inmensa
de ciudad abierta
en sonidos de ecos
reproducidos a raz de tierra
a raz de todos
y uno tan ínfimo

las luces que caen del cielo
penden a tus ojos al reves
a chaguaramos de cabeza
a la abierta y plena vena de universidad

respira el aire
frío y sereno
los pulmones no se ven
no se sienten
guardados por el momento oscuro
aguantan
olvidan
esperan su pena

y corres tras los demonios de la gris avenida
en mosaicos que yacen a los pesados pasos de tu cuerpo
en desesperación

las notas del martirio
hecho brebaje para ahogar al corazón
en su más anhelada espera
que se retuerce en sí mismo
arroja los pedazos al cuerpo
provoca sus propios temblores
y el mundo
drogado
se ve de nuevo diferente

rojo
sangre
blanco, naranja y amarillo

hoy las escuchaste
hoy formaste de nuevo parte
hoy ere más cada nota
cada arreglo
la armionía de los obsesos
y la métrica andrógina olvidada
deprimida
sin voz ni ojos
profunda
y tan viva
a ti y a mi en cuestión de unos instantes
los más alejados
y los más cercanos

los rotros de calle
que se empeñan en abrigarnos en desarraigos
las ondas que nos traen lo que ambos pensamos
las que nos recuerdan las torturas
de los espacios vacíos
a veces cruentos
a veces bellos
y tú ahí
en la ardiente y constante espera
de la mirada

los balcones
los claros
los andantes
el raro encuentro de la sangre
la nada y el vacío
todo y nada
nada y todo